¡LE QUEMARON LOS TUMORES CON RAYOS LÁSER Y AHORA ESTÁ SANA!

Libby Huffer vive en Fort Wayne, Indiana, en los Estados Unidos. Esta mujer, por una rara enfermedad genética de carácter hereditario, su cuerpo quedó completamente cubierto de tumores.

Libby padeció neurofibromatosis desde muy pequeña. La enfermedad le llenó el cuerpo con cientos de tumores. Vivió atormentada por su mal, que hizo que la gente la acosara y le hicieran sentir vergüenza de si misma. El trastorno provocaba que le salieran muchas erupciones en su piel y eso hacía que su aspecto fuera grotesco, por lo que el bullying era algo muy común en su vida. 
Por los pequeños tumores que cubrían su cuerpo llegaron a ponerle apodos como 'Sapo' o 'Lagarto'. Sin embargo, ya de adulta decidió tomar las riendas y darle un giro a su vida con una decisión muy drástica... ¡Y sumamente dolorosa! 

A sus 45 años de edad, los tumores ya habían crecido demasiado, por lo que decidió someterse a un duro y drástico tratamiento médico...
¡Hizo que los médicos le quemaran de uno por uno todos los tumores por medio de un rayo láser! Ella dijo que valió la pena todo el dolor, ya que después de eso, mejoro radicalmente su vida. 

Libby dijo: "los tumores que tenía en toda mi espalda me causaban un dolor espantoso al grado que no me podía recostar. Los dedos de mis pies estaban tan hinchados que me punzaban y las plantas me hormigueaban al grado que no podía dormir.  "Cuando me bañaba me daba miedo tallarme con el zacate, ya que se reventaban y el dolor era muy fuerte. No quería que me abrazaran, e incluso el agua de la regadera al caer sobre mi cuerpo desnudo me lastimaba". "Mi enfermedad no es contagiosa, pero la gente no pensaba así y tenían miedo de acercárseme. Es un trastorno genético neurológico heredado". 

A través de las redes sociales como Facebook y Twitter, ella compartió con sus seguidores como fue el tratamiento al que se sometió. Los doctores tuvieron la paciencia de quemarle uno a uno los tumores que cubrían su cuerpo. Y al principio le quedaron marcas, pero con el paso de las semanas, estas fueron desapareciendo y ahora luce con su piel limpia y sana. 

Libby finalizó: "Ahora luzco esplendida y hasta disfruto de mi vida en familia. Ya puedo acostarme bien, abrazar, hacer lo que quiera y nadie me mira feo ni me rechaza.". "Puedo meter mis pies en los zapatos que más me gustan sin torturas para mis dedos y plantas, puedo mostrar mis brazos desnudos, ir a la playa, lucir mis uñas pintadas de manos y pies...¡Soy tan feliz!"...

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