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¡UN CIRUJANO GRABÓ SUS INICIALES EN LOS HÍGADOS DE SUS PACIENTES! Se trata de Simon Bramhall, de 53 años de edad, quien fue condenado a un año de trabajos sociales y una multa de 13 mil 600 dólares una vez que se le declaró culpable. En Londres, Inglaterra, Simon realizó un par de trasplantes y según él, hizo tan buen trabajo que se puso a grabar sus iniciales en los hígados de sus dos pacientes. Un tribunal de Birmingham lo condenó después de un amplio interrogatorio, y el culpable confesó su fechoría, y rechazó haberles causado daños físicos a otras dos victimas.  Esta es solo una parte de su confesión:   "Las dos operaciones fueron largas y difíciles, e incluso tuve mucho miedo que el cuerpo de mis pacientes pudiera rechazar los trasplantes. Trate de poner mi mejor esfuerzo...yo sabía que la vida de esas personas estaba en mis manos y trabajé con el mayor cuidado posible. Hice las cosas lo más profesional posible al grado que pasaron las horas y nunca me di por

¡HERMANOS DUERMEN UNA SIESTA SOBRE LA TUMBA DE SU PAPÁ! Los menores Mason y Mylan Brazel, visitaron por primera vez la tumba de su papá, un ex sargento del ejercito de los Estados Unidos que falleció de cáncer el pasado mes de julio. Ambos aprovecharon el momento para tomar una siesta y así "sentirlo más cerca". Esto dijo Kait Brazel, la viuda del sargento.  Los pequeños se acostaron sobre la tumba, se taparon con una sábana y comenzaron a contarle a su papá todo lo que habían hecho en todo este tiempo que él ya no estaba en éste mundo. Después, Mylan, la hija, se quedó dormida en lo que su hermano rezaba, y luego él se quedó dormido también. Kait dijo: Mason y Mylan pasaron con su papá un rato juntos y no lloraron ni una vez, al contrario, una paz los inundó y fue mi hija la que dijo: 'Papá esta aquí'. La viuda miró estas escenas enternecida y tomó varias fotografías del inolvidable momento. Rato después, madre e hijos se alejaron de aquel lugar, muy

Libby Huffer vive en Fort Wayne, Indiana, en los Estados Unidos. Esta mujer, por una rara enfermedad genética de carácter hereditario, su cuerpo quedó completamente cubierto de tumores. L ibby padeció neurofibromatosis desde muy pequeña. La enfermedad le llenó el cuerpo con cientos de tumores. Vivió atormentada por su mal, que hizo que la gente la acosara y le hicieran sentir vergüenza de si misma. El trastorno provocaba que le salieran muchas erupciones en su piel y eso hacía que su aspecto fuera grotesco, por lo que el bullying era algo muy común en su vida.  Por los pequeños tumores que cubrían su cuerpo llegaron a ponerle apodos como 'Sapo' o 'Lagarto'. Sin embargo, ya de adulta decidió tomar las riendas y darle un giro a su vida con una decisión muy drástica... ¡Y sumamente dolorosa!  A sus 45 años de edad, los tumores ya habían crecido demasiado, por lo que decidió someterse a un duro y drástico tratamiento médico... ¡Hizo que los médicos le quema

A principios del siglo XIX, la gente adinerada europea se dedicaba a cazar animales salvajes alrededor del mundo para llevarlos a casa, embalsamarlos y exhibirlos como trofeos.  S in embargo, un comerciante francés llamado Jules Verreaux decidió ir un poco más lejos, ya que estaba aburrido de los animales y no encontró nada mejor que cazar y disecar...¡A un ser humano! Así es. Se aventó la cruel puntada de cazar un guerrero africano y lo diseco.  Y no contento con eso, lo estuvo llevando de museo en museo como si se tratara de una pieza de exposición. Finalmente, el pobre hombre disecado, a quien bautizaron de forma racista como "El negro", al final terminó  en el Museo Darder, en Girona, al norte de Cataluña, casi en la frontera de España con Francia.  De pie en su Vitrina, ligeramente inclinado y con su mirada penetrante. "El negro" personificaba de una manera desgarradora los aspectos más oscuros del pasado colonial europeo.  Con el paso de